Desesperados
Ramón Zurita Sahagún jueves 28, Ago 2014De frente y de perfil
Ramón Zurita Sahagún
Sin que se discuta y mucho menos apruebe una reforma constitucional en Veracruz, para convertir en concurrente con la federal la elección para gobernador del estado, los ánimos comenzaron a encenderse entre los políticos.
Y es que de aprobarse dicha reforma, se abre un espacio para elegir un gobernador por dos años, el que también tendría que pasar por el respaldo de las urnas.
Esa posibilidad se convirtió en una válvula de escape para la presión que ejercen siempre los políticos veracruzanos que abundan por todo el país y militan en todos los partidos políticos.
Como viene sucediendo en casi todos los estados, los actuales gobernantes provienen de generaciones jóvenes, las que han desplazado a otras que, supuestamente, le correspondía participar como candidatos de sus respectivos partidos.
En Veracruz, la llegada de Javier Duarte de Ochoa al gobierno estatal a los 37 años de edad, marginó a otros políticos de mayor edad que mantenían aspiraciones de competir como candidatos de su partido.
Duarte de Ochoa conformó su cercano equipo de gobierno con personajes generacionales con él, por lo que, de aprobarse, dicha reforma, sería una salida para ello.
Son varios los aspirantes que consideran esa posibilidad y que, posiblemente, se les dé salida el año próximo como candidatos a diputados federales por el Partido Revolucionario Institucional.
Entre esos personajes menores de 50 años y alguno hasta de 40, se ubican Alberto Silva Ramos, coordinador de Comunicación Social; Eric Lagos, secretario de Gobierno; Jorge Alejandro Carvallo Delfín, secretario de Desarrollo Social; Salvador Manzur Díaz, delegado federal de Banobras en el estado, aunque no pertenece al grupo cercano del gobernador Duarte de Ochoa, y Adolfo Mota Hernández, secretario de Educación Pública.
Según se establece la reforma estaría dedicada a uno de ellos, ya que limitaría la nominación de su partido a este grupo, mientras que los aspirantes priístas mejor posicionados esperarían para competir por la candidatura de seis años y dejarían pasar esta opción.
Es decir, los dos Yunes priístas que son senadores mantendrían su nivel dentro del Senado de la República y aguantarían dos años más para ir por la gubernatura larga.
Héctor y José decidirían, según especulaciones, dejar pasar esta posibilidad, pero si ellos opinaran así, otros no lo harían.
Por lo pronto, uno que generacionalmente no pertenece al restringido grupo del gobernador y que fueron formados políticamente por el ex gobernador Fidel Herrera Beltrán es José Alejandro Montano Guzmán, diputado federal priísta por segunda ocasión y cercano al grupo del ex gobernador Miguel Alemán Velasco.
Montano Guzmán ya alzó la mano, considerando esa posibilidad de entrar en la disputa por la candidatura del PRI por dos años y expone su trayectoria política que inició bajo la sombra de Alemán Velasco, pero que le permitió ser coordinador de la bancada priísta en el Congreso del estado y le alcanzó para ser dos veces diputado federal.
Son muchos los que ven en Montano Guzmán una posibilidad, ya que se trata de un político vinculado a los asuntos de seguridad y policíacos que haría falta en una entidad que como Veracruz se encuentra amenazado por los grupos delincuenciales.
Su nominación repetiría en algo la historia de 1988, cuando Fernando Gutiérrez Barrios, político-policía, experto en asuntos de seguridad, fue nominado por el PRI candidato al gobierno de Veracruz, en una situación de emergencia, ya que el crimen organizado se había posicionado de varias zonas del estado.
Pero en Veracruz, políticos de todos los partidos analizan esa posibilidad, de entrar en la competencia por la candidatura de dos años o esperar hasta la de seis años.
Los Yunes panistas, el otro grupo de gran competencia electoral estudia si participarían o no en la disputa por esa candidatura emergente, con todo y que tendría su paso por las urnas.
Papá Yunes, Miguel Ángel, podría enviar a uno de sus vástagos, que compitiera por la emergente y en caso de ganar, preparar el arribo del tronco del que descienden esos dos jóvenes.
Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde de Boca del Río y Fernando Yunes Márquez, senador, serían esas dos cartas que generacionalmente le podrían competir al que surgiera como candidato del clan Duarte-Herrera.
Son jóvenes políticos menores de 40 años, que traen ya una carrera destacada dentro de su partido y que han ganado elecciones, conducidos por la experta mano electoral de su padre.
Pero los otros partidos no estarían ajenos a este rejuego electoral, aunque representan menos en la disputa por los votos, como es el caso del Movimiento Ciudadano de Dante Delgado Rannauro, desdibujado desde hace varias elecciones, por el empecinamiento del propio Dante en ser candidato a gobernador y manejar los asuntos a su antojo o particular punto de vista.
Un nuevo participante dentro del gremio de los partidos políticos avanza en el estado y es el Partido Alternativa Veracruzana (AVE), cuyos orígenes, los más, remontan al PRI-gobierno y, especialmente, a la mano del ex gobernador Fidel Herrera Beltrán, ya que lo ven como el sitio exacto donde caben aquellos que no alcanzan una candidatura por el partido tricolor.
La realidad política de Veracruz habla de una efervescencia política, mayo a la normal, desatada mediante esta posibilidad de dos gobernadores en un lapso de ocho años, uno de dos años y otro de seis, lo que aligeraría la presión existente en un estado eminentemente político y con graves problemas económicos, de desempleo, además de la gravísima la inseguridad y los índices de violencia que ahí se viven y se manifiestan con mayor frecuencia.